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Anno 6 - n.2 - Giugno 2006
 
 

La exposición Belenes del mundo

 

     
             

La exposición Belenes del mundo se celebró en la ciudad española de Valladolid, en el Monasterio de Nuestra Señora de Prado, entre  el 23 de noviembre de 2005 y el 8 de enero de 2006.

 

A lo largo de los más de novecientos metros cuadrados de la sala,- antigua iglesia del Monasterio convertida ahora en un magnífico espacio expositivo- se exhibieron cuatrocientos treinta y dos conjuntos, pertenecientes a ochenta y cuatro países, todos ellos obra de autores y talleres en plena actividad. Por su variedad, extensión y categoría, Belenes del mundo ha sido la exposición de belenismo internacional más importante de las celebradas en España hasta la fecha.

 

La iniciativa fue promovida por la Junta de Castilla y León – la región española de mayor patrimonio artístico e histórico de las diecisiete comunidades autónomas que constituyen nuestro país – y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, contando con el patrocinio de Caja Duero, importante entidad financiera de la región.

 

El comisariado de la exposición correspondió a Antonio Basanta y Letizia Arbeteta, quienes ya realizaron similar función en otras grandes exposiciones belenísticas realizadas en años anteriores: Oro, incienso y mirra, en el año 2000, en Madrid, en el edificio central de la compañía Telefónica, y Ya vienen los reyes, exhibida también en Valladolid, en el mismo espacio singular en que se montó Belenes del mundo.

 El diseño expositivo de la muestra lo ejecutó la empresa Jesús Moreno y asociados, protagonistas de las mejores exposiciones de arte que se exhiben en España.

 

El visitante, una vez rebasada la puerta del Monasterio, encontraba, como saludo, la imagen del ángel ayacuchano del Wakrapuku, figura bellísima del artesano peruano Vidal Gutiérrez Cordero. Desde allí, se accedía a la primera de las áreas de la muestra, en la que se mostraban diversas piezas puramente indicativas de lo que consideramos países claves en el surgimiento y expansión del belén: Tierra Santa – el lugar del origen de los sagrados acontecimiento-.; Italia – la cuna del helenismo- ; España, con su contribución al asentamiento del fenómeno y su difusión del mismo en América Latina. Y, de este continente, los territorios en los que el belén ha prendido con más fuerza y personalidad : Méjico y Perú.

 

La segunda de las áreas de la exposición estaba dedicada a mostrar la variedad que el belén presenta en función de diferentes motivos: la multiplicidad de sus escenarios – de los canónicos ( gruta subterránea, cueva, portal, ruinas…) , a los domésticos ( la propia casa como recinto de la escena); de los sagrados ( los portugueses belenes en urna, los retablos peruanos, la szopka polaca…), a los escenarios fantásticos,  nacidos exclusivamente en la imaginación del artista.

 

Seguidamente se mostraba la variedad aplicada a  los personajes del belén ( bíblicos y populares ); la de los materiales en que el belén se realiza ( el barro,la piedra, la madera, las fibras vegetales, los elementos de la naturaleza, el papel, el corcho, el vidrio, la cera, la tela, los materiales preciosos…), la variedad de las técnicas empleadas en la realización de belenes ( el lacado, el estampado, la incisión, la porcelana…) o incluso en las escalas de los  mismos – del belén monumental a los belenes mínimos en dedales, nueces o acogidos en el interior de una botella- .

 

A partir de aquí, se exhibían los belenes agrupados según los diferentes continentes a que pertenecían: África, en primer lugar, seguida de Asia y Oceanía. América desplegaba, en una gran vitrina, la totalidad de los belenes canadienses y norteamericanos, dando paso posteriormente a la inmensa variedad de los belenes de América Latina, con muestras de la totalidad de países del área y representación monográfica de Perú y Méjico. Como pieza principal entre las peruanas se mostraba el maravilloso belén monumental del artista Richard Chavez Quispe, pieza ganadora del Concurso Nacional de Artesanos de Belenes de hace algunos años; y, en Méjico, los Árboles de la Vida, coloristas y plenos de detalle, de artesanos como Alfonso Castillo u Óscar Soteno.

 

Europa iniciaba su recorrido por los países nórdicos, adentrándose posteriormente en los belenes de la Europa Central, mostrando una larga variedad de belenes de los países del Este y exhibiendo un magnífico belén provenzal francés, así como un teatro checo de marionetas y un espléndido retablo en madera, también checo, obra del gran tallista Josef Nyvlt.

 

Tras de los belenes de Alemania y Polonia, se abría el escenario específico dedicado a Italia. En él, como piezas principales, se exhibían un belén de Angela Trippi, con más de sesenta figuras de treinta centímetros. Y, frente a este montaje, un despliegue maravilloso de más de un centenar de figuras napolitanas de artistas actuales, que sin duda causaron la admiración de los más de ochenta mil espectadores que visitaron la muestra a lo largo del tiempo de su exhibición.

 

Finalmente, Belenes del mundo se cerraba con los apartados dedicados a Portugal y España. En el primero de ellos se podía ver la rica tradición artesana portuguesa, con figuras tan características como los “bonecos” de Estremoz, en tanto en el espacio dedicado al belenismo español se exhibían piezas de los más importantes artesanos de la actualidad, con especial presencia de obras originales del mejor de nuestros artistas belenistas: José Luis Mayo Lebrija.

 

Diez dioramas y el montaje de un gran belén popular español, en una superficie de más de cincuenta metros cuadrados, cerraban la muestra, poniendo así punto final a una iniciativa capaz de mostrar el inmenso territorio en que el belén existe. Y la pujante vitalidad de una costumbre que, lejos de languidecer, prende con más fuerza que nunca y está presente en todos los lugares de nuestro querida madre Tierra.

 

Antonio Basanta Reyes